Nacho Labarga | 29 de julio de 2019
Egan Bernal consigue el primer Tour de Francia para Colombia. En España toca esperar para volver a ver a un ciclista triunfando en París.
El Tour de Francia 2019 echó el cierre con un sabor agridulce. Es cierto que, a diferencia de los últimos veranos, la ronda francesa estuvo más igualada que nunca por la corta distancia temporal que hubo entre los cinco primeros candidatos durante el tramo final. El Team Sky, ahora Ineos, no controló tanto la carrera, aunque resulta complicado justificarlo después de ver la clasificación general final, donde Egan Bernal y Geraint Thomas coparon los dos primeros puestos. Ambos estuvieron escoltados en el cajón de París por un siempre combativo Steven Kruijswijk, cuyo Jumbo-Visma fue de los equipos más animados.
El de Zipaquirá, a sus 22 tiernos años, se estrenó en la ronda francesa y también descorchó el casillero colombiano en esta prueba. Los guerrilleros «escarabajos colombianos» sonríen al fin al ver a un compatriota en lo más alto del podio parisino. A Bernal, eso sí, le sobraron un par de ataques para llevarse una carrera que, por suerte para el espectáculo, esta vez no estuvo tan fácilmente gobernada por su formación, que ejerció otro papel más al contragolpe. Geraint Thomas, ganador el curso pasado, aceptó de buen grado trabajar para Bernal en el último tramo.
Su hegemonía parece interminable: son ya siete las victorias para los británicos en las últimas ocho ediciones con hasta cuatro hombres diferentes: Bradley Wiggins, Chris Froome, Thomas y Bernal, quien parece que podría llevarse muchos más Tours en Francia.
La Grande Bouclé tuvo de todo: ataques, caídas, abandonos, escapadas, jornadas que terminan antes de lo previsto por el tiempo, tardes soporíferas… El sabor dulce llega precisamente por esa igualdad que hubo entre los cinco principales favoritos, también por la renovación de los ciclistas franceses que optaron al amarillo hasta el penúltimo día, por las valientes galopadas de Thomas de Gendt (que volvieron a tener premio), por el carisma de Vincenzo Nibali (que también obtuvo recompensa), el hambre de Simon Yates, la velocidad de Caleb Ewan o de Peter Sagan y por el énfasis que puso durante muchas etapas Movistar, que, pese a todo, terminó emborronando su participación. Eso sí, puede presumir de una foto grupal en los Campos Elíseos (los navarros se llevaron la general por equipos) y del triunfo de etapa de Nairo Quintana.
Los franceses, quienes miran con nostalgia el amarillo, soñaron con la victoria gracias a la increíble participación de Julian Alaphilippe, quien se convirtió en vueltómano gracias a su defensa a ultranza del jersey de líder. Tan solo el último fin de semana alpino le birló la victoria. Ahora lo interesante será ver si el francés -que fue quinto tras llevarse dos etapas- sigue apostando por las generales o se centra en lo que hasta ahora ha sido su especialidad: las clásicas y, como mucho, las vueltas de una semana. El otro gran protagonista patrio fue Thibaut Pinot, quien parecía el escalador más fuerte de todos, pero que una inoportuna lesión lo sacó de la carretera llorando cuando aspiraba a colarse en lo más alto del podio.
Los españoles se despidieron sin gominolas en el zurrón. Mikel Landa (6º) y Alejandro Valverde (9º) fueron los que más la rozaron junto a Pello Bilbao, quien llegó a acariciar un triunfo que nunca llegó. Los de Movistar no pudieron pelear por tantas victorias parciales porque estaban inmersos en la general. Con Nairo fueron tres los hombres del Movistar entre el Top 10, aunque la imagen que quedará fue la de un equipo desunido en la que sus mejores hombres entraron sin el pinganillo puesto en la última jornada de montaña.
La foto grupal en los Campos Elíseos solo endulza en parte ese mal sabor. En los próximos días se verá quiénes son los líderes que permanecen en la formación para el curso que viene. Valverde tiene contrato, a Landa (al que una nueva caída le privó de luchar por el premio gordo) todavía no le ha llegado una propuesta de renovación y Nairo tiene un pie en el Arkea. Enric Mas, quien descubrió las luces y sombras de la mejor carrera del mundo, parece que recalará en la estructura española.
Resultaron tres semanas de emociones fuertes para los amantes del pedal y para los que no lo son tanto pero que se asoman a la ventana del Tour en un verano que siempre resulta afable para las bicicletas. Ewan despidió la ronda accionando su cohete en la última recta antes de que Bernal sonriera al cielo ya ataviado de su jersey amarillo. Mientras, otros lamían sus heridas o descansaban sus piernas doloridas antes de vislumbrar la nueva grande que ya aflora: la Vuelta a España.
Federico Martín Bahamontes ganó el Tour de Francia de 1959 y se convirtió en el primer español en lograrlo.